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Auscultación geotécnica del antiguo túnel de Tetuán en Santander

Desde SONINGEO estamos desarrollando la auscultación geotécnica del antiguo túnel de Tetuán en Santander mediante inclinómetros, de forma que los trabajos se realicen con seguridad ante el deslizamiento de las pantallas ejecutadas en las excavaciones. Además,  somos los encargados del control de calidad de la obra.

Para la auscultación utilizamos una sonda de última generación canadiense tipo DIS-500 vertical, portátil, de la casa ROCTEST TELEMAC. Se trata de una sonda biaxial que cuenta con dos servo acelerómetros orientados a 90º grados el uno del otro con la cual en una misma medición se realizan lecturas ortogonales, proporcionando un análisis mas completo de una forma más eficiente y rápida, siendo la comunicación con la PDA Dell X51 de campo mediante Bluetooth. En este caso concretado se ha instalado una tubería de 56 mm de diámetro de aleación de aluminio con tapón en fondo y acoples especiales y protección de cabeza mediante tapón.

La auscultación mediante inclinómetro consiste en determinar los desplazamientos laterales de taludes, muros de hormigón, elementos estructurales y laderas naturales a diferentes profundidades, así como asentamientos de los materiales de soporte de estructuras. Dichos desplazamientos son de gran utilidad para evaluar el grado de estabilidad de las estructuras o laderas auscultadas.

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Un poco de historia

El 24 de Junio del año 1892, se inauguró en Santander la que sería la tercera línea de tren de la ciudad, que unía el centro de la ciudad, en concreto la antigua calle del Martillo (actualmente Marcelino Sainz de Sautuola) con El Sardinero y los entonces populares ‘Baños de Ola’.

La línea circulaba por las calles Daoiz y Velarde, Peña Herbosa, Puertochico y entraba por la calle Tetuán. Entre ésta y el Sardinero existe un desnivel importante que se salvó construyendo el túnel que recibió el nombre de la calle donde se ubicaba. Este túnel unía en poco más de 350 metros y sin desnivel prácticamente, la calle Tetuán con la Cañía (en esa época conocida como Avenida Cacho).

El trayecto finalizaba frente al Casino del Sardinero.

El pequeño tren que circulaba por el túnel funcionaba con vapor, lo que precipitó su final al término de 1911 con la llegada de la electricidad. No había espacio suficiente en el pequeño túnel para los troles necesarios para su reconversión.

Desde entonces permaneció cerrado hasta que durante la Guerra Civil se utilizó de refugio antiaéreo. Posteriormente, en los años 50, se reabrió al público como paso peatonal y así es como muchos santanderinos aún lo recuerdan.

Unos años después se clausuró definitivamente, aunque hay voces que reclaman su reapertura por la comodidad que ofrece para llegar en pocos minutos desde el centro hasta el Sardinero.

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Fuente:
www.eldiariomontanes.es
eltomavistasdesantander.com