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Soningeo aporta a la CHC la información geotécnica del proyecto del antiguo Túnel del Subfluvial

Soningeo ha aportado a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico la información geotécnica generada a raíz de las tres campañas de prospecciones que se realizaron durante los años 2006, 2007 y 2009 para el proyecto del antiguo Túnel del Subfluvial (Laredo –Santoña).

Los trabajos se desarrollaron tanto en tierra (Santoña y Laredo) como en mar (ría de Treto-Bahía de Santoña) y estuvieron compuestos por distintos sondeos mecánicos con profundidades de hasta 50 metros, así como por prospección geofísica subacuática.

Para los sondeos marinos se utilizaron varias pontonas, entre las que destaca la pontona flotante La Dichosa y la pontona sobre patas Batea Uno, así como tres equipos hidráulicos de perforación, dos de ellos montados sobre orugas y un tercero montado sobre camión 4×4.

Un poco de historia

A grandes rasgos en base a la bibliografía especializada y cartografías elaboradas por el Instituto Geológico y Minero de España ( https://www.igme.es/ ), el estuario de Santoña es después de la Bahía de Santander, el mayor estuario de la Comunidad Autónoma de Cantabria. Se enclava centro del Parque Natural de las marismas de Santoña, Victoria y Joyel. Esta catalogado como LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) Marismas de Santoña, Victoria y Joyel y ZEPA (Zona de Especial Protección para las aves) Marismas de Santoña, Victoria, Joyel y Ría de Ajo.

En el estuario desemboca el río Asón, cuya cuenca hidrográfica se extiende sobre 525 km2, con una longitud del curso principal de 51 km, con unas aportaciones medias anuales de 530 hm3. Presenta unos caudales de entre 240 m3/s y de 1 m3/s, con un valor medio de 16 m3/s.

El estuario se diversifica en varios ramales que corresponden de distintos tributarios, generalmente de carácter costero.

Geológicamente en la zona del estuario se observan materiales Triásicos, Jurásicos, Cretácicos y Cuaternarios.

El Triasico está representado por las facies Keuper compuesto por arcillas abigarradas con sales y yeso así como materiales de origen volcánico (ofitas). El contraste en resistencia a la erosión entre ambos materiales produce, en el caso de las arcillas, la formación de prácticamente todo el fondo de asentamiento del estuario, tal como ocurre en la Bahía de Santander y, en el caso de las ofitas, los relieves presentes, siendo el más representativo la Atalaya de Laredo.

El Jurásico aflora en pequeñas manchas poco extensas y muy localizadas, compuesto por margas, calizas y dolomías jurásicas.

Los materiales cretácicos cubren la mayor parte de la zona. Las calizas y calcarenitas del Aptiense son las que delimitan la entrada del estuario desarrollando fuertes acantilados conformando el Monte Buciero, el cual constituye una barrera natural que separa el núcleo urbano de Santoñoa y la ría de Treto del tómbolo o franja estrecha de arena que forma la playa de Berria, al Norte y que lo une a tierra.

Dentro de estos los más significativos son las areniscas y limos arcillosos (de edad Hauteriviense-Barremiense), ampliamente representados en el margen oriental del estuario, favoreciendo las areniscas la formación de llanuras aluviales y las areniscas y arcillas limolíticas del Albiense las cuales únicamente se encuentran en el margen suroccidental del estuario.

El Cuaternario está representado por materiales aluviales, depósitos de marismas con presencia de niveles de materia orgánica y fangos, arenas de playas y dunas.

Estructura tectónica

Además del control litológico, la formación y posterior desarrollo del estuario está íntimamente relacionado con las estructuras (disposición estructural, pliegues y fallas) y los ascensos y descensos del nivel del mar.

El estuario está excavado en buena parte sobre un diapiro del Triásico (Keuper), constituido por arcillas, sales y yesos, junto con calizas y margas jurasicas y cretácicas, así como areniscas cretácicas más resistentes, que quedan afectadas por una red de fracturas de dirección NO-SE (falla de Ampuero-Escalante), N-S y NE-SO, las cuales se ubican a lo largo de ambas márgenes estuarinas (Flor y Martínez Cedrún, 1997).

La falla Ampuero-Escalante es el rasgo estructural más importante en cuanto a la génesis del estuario (Martínez Cedrún, 1984). Dicha falla, que seguramente fue activa durante el Albiense superior-Cenomaniense ha condicionado que los depósitos del Cretácico inferior presenten facies muy diferentes a uno y otro lado de ella.

El Monte Buciero se emplaza sobre el flanco sur de un Sinclinal con dirección N70ºE, que conforma el Monte Buciero, compuesto por calizas y calcarenitas afectados por distintas fracturas paralelas a su plano axial generadas a partir de las continuas y distintas etapas tectónicas, en parte propiciadas por la intrusión del diapiro que da lugar a la Bahía de Santoña.

La zona conforma un sector de gran complejidad con respecto a los contactos mecánicos entre los distintos estratos geológicos existentes en profundidad.

La intrusión del diapiro triásico en facies keuper, formado por arcillas abigarradas, con yesos y diversas sales, así como niveles de dolomias oquerosas y bloques de ofitas, generó una fracturación, replegando los materiales de sus alrededores, junto con la contribución de las Fallas de Laredo-Lapeña y el Anticlinal de Colindres perpendiculares a dicho Sinclinal y la falla de Ampuero-Escalante.

Bibliografía:

Flor, G y Martínez Cedrún, P. (1997). La costa de Laredo. Gobierno de Cantabria, Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.

Martínez Cedrún, P. (1984). Dinámica y sedimentación en el estuario del Asón (Cantabria). Trabajos de Geología. Universidad de Oviedo, 14, 175-197.

Imágenes de las cartografía geológicas disponibles en el IGME.