Soningeo asesora a la Demarcación de Carreteras tras el deslizamiento en la N-623, a la altura de Borleña
El departamento de Geotecnia de Soninge, bajo la supervisión del geólogo senior especialista en procesos de ladera Óscar Gil Gibaja, asesora de urgencia al Área de Conservación y Explotación de la Demarcación de Carreteras del Estado en Cantabria dependiente del Ministerio de Fomento, en las medidas para la estabilización del deslizamiento acaecido en la carretera nacional N-623 en el punto kilométrico 118+340 calzada derecha sito en la población de Borleña. Corvera de Toranzo (Cantabria).
Los trabajos han consistido en el cálculo del sostenimiento necesario para estabilizar el deslizamiento de tierras acaecido (argayo) tras la visita geotécnica con toma de datos realizada. Dado que los trabajos se están ejecutando como una obra de emergencia, el tráfico fue interrumpido temporalmente.
La solución óptima diseñada consiste en:
- Disposición de una cortina de carriles de vía tipo UIC-54 hincados de 5 metros de profundidad con espaciado de 1 metro y dispuestos en el eje de carretera para estabilizar la calzada izquierda
- Disposición de dos cortinas de carriles de vía tipo UIC-54 hincados a rechazo en roca (5-9 metros de profundidad) con espaciado de 1 metro y dispuestos al tresbolillo, con separación entre cortinas de 0,50 m atados en cabeza mediante soldadura de cabezas con perfiles de carril y viga de atado de hormigón armado HM-25.
- Drenaje total y eficiente de la ladera y su mantenimiento mediante la disposición de cunetas superiores e inferiores de recogida de agua de escorrentía, para evitar empujes y cambios en su humedad que alteren las propiedades resistentes del material.
Dicha solución de estabilización, mediante cortinas de carriles hincados de vía tipo UIC-54, obtiene un factor de seguridad al deslizamiento de la carretera de 2,831, por tanto adecuado.
El empleo de carriles hincado de vía férrea reutilizados en la estabilización de deslizamientos (argayos), esta muy extendido en Cantabria dada su rápida puesta en obra, logrando estabilizar las tierras en corto espacio de tiempo, con una relación coste/beneficio elevada, dado que se trata de un producto procedente del reciclaje de las vías férreas.
Se entiende por este método la hinca de carriles ferroviarios en una ladera o talud inestable con el objetivo de interceptar la superficie de deslizamiento, aportando en ella el cortante necesario para detener o minimizar el movimiento de la ladera, aumentado su factor de seguridad al deslizamiento.
Cuando se propone esta clase de obras, por lo general el deslizamiento ya se ha manifestado y se han tenido en cuenta y analizados los aspectos geotécnicos, estructurales, constructivos, medioambientales, económicos y de tiempo de ejecución de la actuación, y sobre todo el motivo y los mecanismos que originaron el movimiento para que no se vuelva a manifestar una vez instalado el sistema de contención.
La tipología de carriles que se emplean en España son dos, UIC 45 (vía estrecha 45 kilos de acero por metro) y UIC 54 (54 kilos de acero por metro), existiendo también los UIC 60. Los carriles resisten bastante bien el esfuerzo de corte del terreno, siempre y cuando se ejecutan correctamente. Las resistencias admisibles nominales de los carriles son del orden de 1.400 Kn. Los empujes sobre los carriles, depende de la separación que tengan en el diseño y en el terreno. Esta configuración dará como resultado la cantidad de carriles por fila y por metro lineal de talud-deslizamiento. En función de la tipología del deslizamiento del talud se utilizara en su dimensionamiento el método más apropiado siendo el método de talud finito el más utilizado ya que generalmente los deslizamientos en suelo tienen forma semicircular, al ser rotacionales.
Normalmente se disponen formando alineaciones o grupo numerosos con varias inclinaciones, se encepan en cabeza, bien mediante viga de atado bien mediante perfiles de carriles soldados y se acompañan en su caso de anclajes u otro tipo de unidades de obra Se sitúan en un mismo plano generalmente vertical o formando abanico, y generalmente al tresbolillo de forma que trabajan a tracción y a compresión alternativamente. Se ejecutan con retroexcavadora equipando de un dispositivo de golpeo de las cabezas de los mismos con martillo hidráulico. En otras ocasiones, en caso de que el terreno sea rocoso y no permitan su hincado o se necesite un empotramiento en el mismo, se alojan en perforaciones realizadas a destroza, las cuales son rellenadas con hormigón en masa.
